Antonio de Nebrija fue un gran renovador de la universidad y de los estudios de su tiempo: trajo a España el aire del humanismo italiano, luchó por modernizar la forma de estudiar latín en las universidades, reclamó la libertad de interpretación y escribió la primera gramática completa del castellano. Fue un hombre moderno y descolló respecto a otros estudiosos de su tiempo.
El sabio andaluz revolucionó las aulas universitarias de su época. Con su obra Introductiones latinae (Introducciones latinas) permitió que los estudiantes contaran con un manual para la enseñanza del latín que nada tenía que ver con los voluminosos y complejos libros que se habían manejado en la Edad Media. Nebrija apostó por la sencillez y convirtió esa obra en el libro más popular entre los estudiantes que comenzaron a llamarlo coloquialmente “El Antonio”. Pero su obra más trascendente fue la “Gramática”, un libro publicado en 1492 -año del descubrimiento de América- que convierte al castellano en la primera de las lenguas vulgares en estar sujeta a reglas dándole así el prestigio de las lenguas cultas como el latín o el griego. De hecho, hasta mucho más tarde, el resto de lenguas vulgares no tendrá una gramática: el italiano en 1525, el francés en 1550 o el inglés en 1586.