Hay varias formas de borrar del mapa unas ruinas milenarias cuando se trata de construir un bloque de viviendas encima. Se puede, simplemente, mirar hacia otro lado cuando las excavadoras encuentran los primeros objetos antiguos y paredes romanas, fenicias o griegas. Se tapa todo bajo los cimientos y se acabó. También se puede minimizar el hallazgo. Las constructoras están obligadas por ley a reportar cualquier yacimiento que surja en unas obras, pero nadie las controla, solo se les exige una declaración responsable. Así que lo habitual es dedicar un presupuesto mínimo a rescatar ese patrimonio y cumplir con el trámite. Según los arqueólogos, en España se pierde cada año una ingente cantidad de historia antigua.