Las primeras corrientes moriscas se asentaron en el Río de la Plata durante los siglos XVI y XVII. Entre otras cosas, acercaron la cultura ecuestre y el origen de la palabra gaucho.
Nuestra tesis, fundamentada en una extensa y pormenorizada bibliografía, es que el gaucho tiene su origen en la civilización de Alándalus, la España musulmana (711-1492), cuna de los pueblos iberoamericanos, de la que recibimos legados como el idioma castellano en su versión andaluza, con el seseo (pronunciar un sonido silbante s en vez del sonido ce) y el yeísmo (que consiste en pronunciar la ll como la y: sonando igual en «llave» o en «yerba», tan común entre los rioplatenses), ambos de origen morisco.